miércoles, 26 de enero de 2011

La cita de la familia de Dios


Es muy común comparar la vida del ser humano con un viaje, pero pocas veces se habla de su objetivo. Sin embargo, ¿nos imaginamos viajar durante años sin saber hacia donde vamos?
El creyente sí conoce su punto de destino. Antes de dejarlos, el Señor Jesús prometió a sus discípulos: "En la casa de mi padre muchas moradas hay...voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros tanbien estéis"(Juan 14:2-3).
Estas palabras de Jesús nos dicen todo lo que nos es útil saber. Muchos otros pasajes de la biblia nos hablan además del paraíso o de la ciudad celestial, meta de la carrera cristiana.
Para el creyente, el cielo es la casa del padre, la cita de la familia de Dios, su casa.
Pronto el señor Jesús vendrá a buscar a los que salvó y los llevará al lugar a los que salvó y los llevará al lugar donde él mismo vive.
Cada mañana, cuando se levantaba, un predicador escocés tenía como costumbre salir a la puerta, alzar los ojos al cielo y exclamar:¡Señor Jesús, quizá vengas hoy!...
Sí, quizá sea hoy, y no olvidemos que Jesús ama tanto a los suyos que anhela tenerlos junto a él.
¡Cuán amables son tus moradas, oh Señor!
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los
atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan
al Dios vivo. (Salmo 84: 1-2)
Bienaventurados los que habitan en tu casa;
perpetuamente te alabarán.(Salmo84:4)

1 comentario:

  1. muy buena refección Sacri. tarde pero acertada QUE DIOS TE BENDIGA Y BENDIGA TU CASA

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