martes, 24 de noviembre de 2009

Almuerzo con Dios...

Un niño pequeño quería conocer a Dios, sabia que tendría que hacer un largo viaje para llegar hasta donde él vive, así que guardo en su maleta pastelitos de chocolate y refrescos de fruta... y empezó su andadura, cuando había caminado unos minutos, se encontró con una mujer anciana, estaba sentada en un banco del parque, sola, contemplando en silencio algunas palomas que picoteaban migajas de pan que ella les arrojaba.
El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Comenzo a beber uno de sus refrescos, cuando noto que la anciana le miraba, así que le ofreció uno de ellos, ella agradecida lo aceptó y le sonrió. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así que le ofreció entonces uno de sus pastelillos, de nuevo ella sonrió... el niño estaba encantado, y se quedo toda la tarde junto a ella, comiendo y sonriendo, aunque sin hablar una palabra, cuando oscurecía, el niño se levanto para irse, dio algunos pasos, pero se detuvo, dio vuelta atrás, corrió hacia la anciana y le dio un abrazo. Ella después de abrazarlo le dedicó la mas grande sonrisa de su vida.
Cuando el niño llego a su casa, su madre quedo sorprendida de la cara de felicidad que traía, entonces le pregunto: "hijo ¿que hiciste hoy que te hizo tan feliz? el niño le contesto !Hoy almorcé con Dios!... y antes de que su madre reaccionará añadió !y ¿sabes? tiene la sonrisa mas bonita que nunca he visto!.
Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regreso a su casa, su hijo se quedo sorprendido de la expresión de paz que reflejaba su cara, y le preguntó: Mamá ¿que hiciste hoy que te a puesto tan feliz? la anciana le contesto: !comí pastelitos de chocolate con Dios, en el parque!... y antes de que su hijo respondiera añadió: !Y ¿sabes? es mas joven de lo que yo pensaba!...
Con frecuencia, no damos importancia al poder de un abrazo, de una palmada en la espalda, de una sonrisa sincera, de una palabra de aliento, de un oído que escucha, de un cumplido sincero, o del acto mas pequeño de preocupación...
Mas todos esos detalles tienen el poder de cambiar tu vida o la de los demás, de darle un gran giro y hacerles felices.
Todas las personas llegan a nuestras vidas por una razón bien sea por un tiempo o se quedan para toda una vida...
Ahhhhhhh y no olvides almorzar siempre con Dios.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y habre la puerta, entrare a él, y cenare con él, y él conmigo...Apocalipsis 3:20

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