viernes, 5 de febrero de 2010

La oración mas sencilla...

Una vez un sacerdote estaba dando un recorrido por la iglesia al mediodía...al pasar por el altar decidió quedarse cerca para ver quien había venido a orar. En ese momento se abrio la puerta, el sacerdote frunció el entrecejo al ver un hombre acercándose por el pasillo, el hombre estaba sin afeitarse desde hace varios días, vestía una camisa rasgada, tenía el abrigo gastado cuyos bordes se habían comenzado a deshilachar.
El hombre se arrodilló, inclino la cabeza, luego se levantó y se fue. durante los siguientes días, el mismo hombre, siempre al mediodía, estaba en la iglesia cargando una maleta...se arrodillaba brevemente y luego volvía a salir. El sacerdote un poco temeroso, empezó a sospechar que se tratase de un ladrón, por lo que un día se puso en la puerta de la iglesia y cuando el hombre se disponía a salir le preguntó:"¿que haces aquí?" el hombre dijo que cuando salia de trabajar aprovechaba que tenia media hora libre para almorzar y venia a orar, solo me quedo unos instantes , porque la fabrica me queda lejos, así que solo me arrodillo y digo:"Señor, solo vine nuevamente para contarte cuan feliz me haces cuando me liberas de mis pecados...no se muy bien orar, pero pienso en ti todos los días...así que Jesús, este es Jim reportándose.
El sacerdote sintiéndose un tonto, le dijo a Jim que estaba bien y que era bienvenido a la iglesia cuando quisiera.
El sacerdote se arrodillo ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del amor y encontró a Jesús, mientras lágrimas corrían por sus mejillas, en su corazón repetía la plegaria de Jimi: "solo vine a decirte, Señor, cuan feliz fui desde que te encontré a través de mis semejantes y me liberastes de mis pecados...no se muy bien como orar, así que Jesús, soy yo reportándome. Cierto día el sacerdote notó que el viejo Jim no había venido, los días siguieron pasando sin que Jim volviese para orar, continuaba ausente, por lo que el sacerdote comenzo a preocuparse, hasta que un día fue a la fabrica a preguntar por él, allí le dijeron que él estaba enfermo, que pese a los médicos que estaban muy preocupados por su estado, ellos todavía creían en su recuperación; la semana que Jim estuvo en el hospital trajo muchos cambios. Él sonreía todo el tiempo y su alegría era contagiosa, la enfermera jefe no podía entender porque Jim estaba tan feliz, ya que nunca había recibido ni flores, ni tarjetas ni visitas.
El sacerdote se acerco al lecho de Jim con la enfermera y esta le dijo, mientras Jim escuchaba: ningún amigo ha venido a visitarlo, él no tiene a donde recurrir, sorprendido el viejo Jim dijo con una sonrisa...la enfermera esta equivocada, pues ella no puede saber que todos los días desde que llegue aquí, a mediodía, un querido amigo mío viene, se sienta aquí en la cama, me agarra de la mano, se inclina sobre mi y me dice: "solo vine para decirte Jim, cuan feliz fui desde que encontré tu amistad y te liberé de tus pecados, siempre me gusto oír tus oraciones, pienso en ti cada día...así que Jim, este es Jesús reportándose...

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